Dentro de las comunas por diversos motivos he encontrado pasajes escondidos con frondosa vegetación, los pies creen que son parajes soñados de lo que fué un campo sembrado de vegetales para alimentar a los ciudadanos. Caminos donde el asfalto no ha llegado y en más de una ocasión me he perdido en sus senderos como quien ingresa a una región distinta.Parcelas con barro y animales como patos, gallinas, cabritos, vacas y gansos. A un par de Kilómetros las poblaciones y grandes carreteras concesionadas, ruido, stress, smog.
Recurro a visitar estos senderos donde casi nadie detiene el paso con el afán de reencontrarme con el orígen de la vida campesina, donde las personas te reciben con una sonrisa si eres amable y respetas las condiciones de salir a caminar o fotografiar este "campo ciudadano". Sin embargo la pobreza persiste en casas que en su mayoría son autoconstrucciones, donde las personas de las otras poblaciones botan sus cachureos o desperdicios sin considerar que ese entorno es sagrado, privado y merece persistir entre nosotros.
Los sitios baldìos donde sus dueños los olvidan, mendigos los ocupan y la basura aparece. Qué ocurre? No existe conciencia del Medio Ambiente, y menos respeto por lo ajeno y lo comunitario. En estas ciudades donde los vecinos más diversos se topan, se ha perdido la verguenza y el sentido de solidaridad.
Cuando uno viaja a cualquier lugar o distancia, en automovil o a pié, debemos guardar nuestras pequeñas basuras, intentar solamente respirar un mejor aire, observar a la naturaleza y disfrutarla. Y por otro lado espero que las autoridades municipales y de servicio, se acerquen más a estas pequeñas comunidades agrícolas y mejoran las aun precarias condiciones en que se ven sumidas por su pobreza no de alma sino de solidaridad de aquellos que tienen el poder político y económico.
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